20090406

Jugando

Para jugar cualquier juego de pareja, se necesitan al menos dos personas, cada quien juega sus intenciones de la manera en que mejor se acomoden a las reglas o lineamientos que se ha acordado. Se puede jugar durante años, durante una vida, puede ser que la complicidad nunca deje de ser, sino hasta la muerte. En cualquier tipo de juego, que se practique por un tiempo prolongado el campo de juego se va limitando y por lo tanto se caen en cierta rutina.
Si el juego cae en desvíos, pero los jugadores se aferran a jugar, es notorio que el sentimiento puro no existe y por lo tanto el juego se irá deteriorando, llegando al caos y las venganzas rencorosas. Por otro lado, hay quienes lo juegan con tanta insistencia y devoción, que si en algún momento se llegará a caer en cierta confusión, basta con replantear o revolucionar los acuerdos y/o lineamientos.

No todo mundo se percata de que juega, otros tantos gustan de sentirse “gandayas” porque saben manipular las reglas a su favor, existen también casos donde un jugador siente que pierde o gana; Es ahí donde habrá que entender los casos anteriores que no sucede tal cosa como “la victoria”, “el ganar”.
Este es un juego de honor, hay que tener fe en el honor, dado que lo importante del juego es lo imposible. En donde realmente se puede hablar de “ganancias” es en cuanto los jugadores se sientan colmados con la experiencia que produce el jugar.
Es el juego que nunca termina y por su carácter infinito logra trascender a lo mundano, es la manera en que 2 almas se pertenecen mutuamente y pueden mirarse a los ojos regocijados y con sonrisas y/o alguna mirada tacita que demuestre y refleje la paz interior de los jugadores.

No puedo ver la vida de otra manera, no busco los bienes materiales o el buen gusto, encuentro lo puro en su forma humano con sentimientos y pasiones (por las cuales transitamos en un camino infinito), los límites son los de la imaginación; si el mundo mágico, místico y fantasioso no existe: Entonces el poeta muere. Creer en las hadas, en un universo donde si uno sabe encontrar, encuentra hasta lo imposible.

Desafortunadamente muy poca gente sabe valorar lo imprescindible del juego, otras tantas hablan de madurez, y declinan lo lúdico aferrados a que es para infantes o débiles mentales. No se dan el tiempo para reír a carcajadas, correr empapándose con sonrisas de lluvia o simplemente perderse en la ciudad. Prefieren mantenerse responsables y sobrios, ejecutivos y propios.

Me auto-proclamo fotógrafo, pero lo importante no es eso, puedo tomar demasiadas fotos (lo invaluable es tomarlas), es arriesgarse, aun sin tener el conocimiento de diafragmas o velocidades. Lo importantisimo es el Percibir: la forma de ausentarse de cualquier interferencia, estar totalmente sujeto al entorno. Entonces no tomo la foto (ó cualquier otra cosa que hiciese) la fotografía se toma sola, yo solamente aprieto el botón que detona el mecanismo que cautiva una imagen, porque la imagen así lo quiso.

Podría seguir enumerando virtudes o defectos, o tal vez contar algún cuento. Por momentos peco de ingenuidad y juego con quien no sabe jugar. Duele en el alma, en lo más profundo del corazón percatarse de que uno se ha equivocado, que detrás de la máscara de jugador, solamente se esconde la cobardía o algún tipo de vicio degenerado de una ambición vulgar.

No discrimino por eso, guardo mis juegos, olvido las promesas… perdono y vacio mis rencores. Me llevo mis juegos a otra parte, porque indudablemente sé que en algún momento me encontrare alguien con quien jugar, siempre hay alguien con quien pasar el tiempo aventando piedras al estanque, combatiendo dragones metafísicos, tomando cafeína y encontrando en la ciudad grietas donde poder jugar. Rehacer el mundo con plegarias de amor y amuletos de jade, porque tarde que temprano la eternidad seguirá ahí dejando que la gente juegue y yo ya no estaré aquí. El juego nunca morirá.

3 comentarios:

Violette dijo...

wow! que bien masticado tienes todo eso.
Abrazos gus

Anónimo dijo...

Va a volver. En cuanto se enoje con el tipo te va a buscar.
¿Jugarás de nuevo?
El juego se acaba si no te vuelves "gandaya".
Ya te toca ganar ¿no?
Lo que no te mata te hace más fuerte.

Saludos.

Greis dijo...

Siempre hay juegos, ganas de jugar y jugadores para el homoludens, mira que el "solitario" es muy exitoso y embobador. je.

Ya lo tuiteaba yo hace tiempo "yo nunca pierdo". Considero que hay un sólo tipo de perdedor "el que no supo jugar" y creo que son los menos.

No me gusta la gente muy racional ni la muy sentimental, ambas se olvidan de una parte que las hace seres humanos.