20190603

Pequeño tributo


En memoria de David, mi amado papá:
diciembre 29, 1952 – junio 3, 2019.

Escribo para celebrar el legado de un ser que en su estancia en este mundo encontró la manera de brindar su amor incondicional a su familia, amigos, su comunidad, y también, a todo aquél con quien compartió su sonrisa. Proyecto su amabilidad haciendo de su compañía un paraíso y su pasión por la vida seguirá floreciendo en quienes nos dejamos cobijar por su sabiduría y nobleza. Sus gestos y palabras resonaran en la eternidad de nuestros recuerdos, encontraremos consuelo en su serenidad, pero sobre todo en su humildad para brindar un consejo y su cariño infinito para comprender con tan sólo una mirada.

Soy muy afortunado y estoy totalmente agradecido por el amor que me brindó, su entrega y compromiso marcaron mis decisiones e intenciones. Abrazo la empatía con la que me educó (su humanidad vive en mi), considero que esa máxima me acerca a él y aunque lo extrañe a cada instante… es en las pequeñas acciones donde su potencialidad resurge: siento cómo me guía su esencia. Deseo que estas palabras sean un homenaje, una huella de su tránsito por este espacio y a la vez conmemorar su gran herencia: la posibilidad de soñar y vivir sin miedo.

Eventualmente me acuerdo de nuestras aventuras y no puedo evitar sonreír (a veces hasta reír), me costó trabajo encontrar una imagen que le hiciera justicia a ese sentimiento; me gusta mucho esta imagen porque de alguna manera hace tangible esa paz y armonía, la capturó mi mamá el 22 de diciembre 1983, en Ixtapa Zihuatanejo. Siento que representa el cuidado que ambos tenían para mi, admiro mucho que ambos me ayudaron a encontrarme conmigo mismo, ojalá algún día logre llegara a esa autenticidad, mientras tanto, festejo la genialidad que fue mi tiempo con este gran hombre dentro de esta gran familia. Hizo del mundo un lugar más bonito donde vivir.

Aprecio mucho a quienes me han apoyado y ayudado en este proceso de duelo, sus acciones me han dejado un grato consuelo, también agradezco a quienes han estado con mis seres queridos en estos momentos difíciles, aunque no haya sido directo conmigo su consuelo y apoyo hacia ellos, ha resonado en mí. En estos días he notado que la sonrisa de mi papá vive en las personas con las que convivió, así también noto que la sonrisa de todos ustedes y de todas esas personas a quienes agradezco, tiene un lugar en mí.

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