20110309

Fluidos



Le pido prestada su tortura a la soledad…
sobre todo por las noches,
cuando esta junto a mí…

Acaricio su entrepierna con nostalgia:
deseo morir ahogado en esa humedad;
luego... entiérrame –sin llanto- en tu carne oculta.

Renaceré y me apropiare de tu ausencia:
habitaras mis labios con tu viscosidad;
fluirán tus pasos como -el néctar- de traición.

¡No es tu culpa, lo sé!

Por eso pido al silencio su locura,
le robo al tiempo su paciencia,
no le regreso a la soledad su tortura.

Para que pueda seguir amándote,
y que siga bebiendo de tu néctar,
hasta que no pueda saciarme más.

¡Tampoco es mi culpa, lo sé!

Lo digo ahora que no tarda en amanecer:
ni un grito puede llenar este lugar;
así es corazón como –revienta- la noche…

Sin ti…
y sin tus pretextos.



No hay comentarios.: