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Aunque no te quejes;
a pesar de que no me menciones nada al respecto:
aunque tu indiferencia por mi ausencia me cale (como el frió) en los huesos...
No puedo quedarme con los brazos cruzados y temblando;
siendo lo anterior lo más humano:
deseando tu calor y haciéndome falsas esperanzas (como el tiempo) a mi regreso...
Siento la soledad a cada paso que doy;
cada pisada me aplasta y mutila las entrañas:
mis ojos trémulos de cansancio, y tú siempre tan (como el silencio) esquiva...
Anhelo lo imperturbable de tu mirada;
la falsa pasión de tus inexpresivos besos:
arrullando la tempestad en mi ruidosa existencia (como la fe) blasfema...
Extraño tu incomprensible hostilidad;
la manera en que hipócritamente desafías mi curiosidad;
desahogando tus impulsos vengativos en mi triste (como la sed) realidad...
¿Cuándo te convertiste en esa mujer?;
que en el frió invierno extraño tu hiel:
comería lentamente del veneno de tus brazos (como el elixir) mustios…
Te extraño;
porque te quiero así:
sin mascaras y con todo tu (como el amor) rencor...
2 comentarios:
también ha refinado el estilo y la intensidad... aterrador pero interesante...
el amor y esas putas necesidades, a veces me quisiera convertir en vinchuca.
Saludos
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