
El café se te enfría... y la lluvia:
seguirá cayendo (hasta que la luna se me haga evidente).
De los besos que me diste…
intangibles, diluidos; adheridos al vapor escapista…
Ante la frialdad de la calle,
me trae la niebla el recuerdo -imperdonablemente fugaz-
de tu aroma [ausente] entre brizas;
despidiéndose intermitentemente, ya que nunca serán...
Donde la espalda... le da ganas de no ser-más-espalda y
simplemente ceder ante impulsos:
de amantes: despidiéndose efímeramente sabiendo que
no será mucho antes de intentarse reconocer.
2 comentarios:
ufff!
Pobre espalda siempre tan olvidada por el amor.
Cuídese...
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